EL CAMINO KARMA KAGYU
Por S.S. El 16° Gyalwa Karmapa Rangjung Rigpe Dorje
Traducción: Javier Artacho
Dharma es una palabra que podría aplicarse a cualquier tipo de actividad humana, pero que para los estudiantes de budismo significa la transformación de sus propias negatividades internas en algo más real. Nuestras negatividades internas son las cinco emociones negativas y lo que debemos hacer para transmutar esas emociones negativas es seguir el camino Mahayana. Las cinco emociones negativas surgen de la ignorancia, y por eso debemos transmutar la ignorancia en el camino a la libertad.
Hace muchos años, en Bodgaya, India, sentado en la postura Vajra (va-jra-asana), el Buda alcanzó la realización completa y, en nuestra era, la tradición de la iluminación surgió de esta realización. De sus enseñanzas se originan las grandiosas enseñanzas tántricas, que producen un efecto similar al de un fuego que se propaga por la ladera de una montaña. Del gran fuego de los tantras surgieron en India un número incontable de siddhas, conocidos por sus poderes. Las enseñanzas de estos tantras fueron una parte muy especial del Mahayana, que le permitían a uno distinguir cada momento en su fugacidad y alcanzar la completa budeidad en ese momento. Posteriormente, la tradición del dharma fue llevada al Tibet por siddhas y eruditos de la antigua India, y por estudiosos y traductores tibetanos que trabajaron conjuntamente de forma rigurosa
La transmisión se conservó de tal modo que, desde los tiempos antiguos hasta el momento presente, el linaje se transmitió por medio de una sucesión ininterrumpida de individuos realizados, entre ellos Milarepa, uno de los más notables.
Este gran siddha debió atravesar numerosas dificultades y practicar diferentes niveles de yoga para adquirir confianza en la auténtica meditación, pero finalmente logró la confianza en el Mahamudra y alcanzó la realización plena en un cuerpo y en una vida. Los efectos de su realización todavía nos alcanzan en nuestro tiempo, de tal forma que con solo escuchar su nombre las personas obtienen la libertad y gracias a ello, también se sienten inspiradas a seguir su camino y desarrollarse. Esto es igualmente válido para Oriente y Occidente.
Ello es señal de que la energía de la iluminación del Buda aún tiene efecto sobre nosotros en el presente. De no ser así, el simple hecho de escuchar un nombre no afectaría la mente de una persona y no la influiría tanto como a menudo lo hace. El impulso y el deseo de una persona de seguir el camino del dharma por el simple hecho de escuchar o evocar el nombre de Milarepa es signo de que la energía del Buda aún nos influye hoy en día.
Sin embargo, aun así todavía tenemos el karma acumulado en nuestras vidas anteriores y por ello seguimos experimentando acontecimientos felices derivados del buen karma y acontecimientos infelices procedentes del mal karma. Si nuestro karma es débil, el mero hecho de lograr una comprensión certera de la naturaleza de la enseñanza Mahayana puede conducir a la libertad y al reconocimiento de la sabiduría de la conciencia innata.
«LA TRADICIÓN KAGYU TENDRÁ UN EFECTO TRANSFORMADOR SUPREMO SI SE ENSEÑA A UNA PERSONA QUE TENGA UNA CONFIANZA FUERTE Y ESTABLE HASTA EN LO MÁS PROFUNDO DE SU CORAZÓN»
En la tradición Kagyu, uno ha de obtener y mantener de forma simultánea la visión, la meditación y la conducta, y no sería correcto decir que se puede prescindir, por ejemplo, de la visión o de la meditación. Sin embargo, es una cualidad especial de la tradición Kagyu el hecho de llevar a las personas a la realización de forma instantánea y espontánea sin referencia a la visión, la meditación o la conducta. Todos los que están conectados a las tradiciones de Milarepa tienen grandes esperanzas de reconocer la propia naturaleza y alcanzar los frutos de la realización del Mahamudra. Hago deseos para que, en última instancia, todos puedan disipar la oscuridad de la ignorancia, reconocer la sabiduría de la propia conciencia y alcanzar la paz de la realización definitiva de Vajradara. También formuló deseos para que, entretanto, todos sean felices y actúen desinteresadamente para beneficio de otros y para que, al pensar en esto de forma constante, cada uno sea de gran beneficio para sus semejantes y sea capaz de tener presentes las necesidades de otros del modo más elevado. De hecho, la auténtica tradición Kagyu no es una tradición a la que un estudiante pueda acceder inmediatamente y tampoco es una tradición en la que un maestro pueda enseñar de forma inmediata. En cambio, es una tradición con un enfoque extremadamente profundo y en la que el intento del maestro de enseñar a una persona que no reúna las condiciones adecuadas no sólo no beneficiaría a ninguno de los dos, sino que podría resultar perjudicial y que, por el contrario, si se enseña a una persona que tenga una confianza fuerte y estable hasta en lo más profundo de su corazón y la médula de sus huesos, esto tendrá un efecto transformador supremo
Por esta razón, en la tradición Kagyu comenzamos con el estudio del «Vehículo de la liberación», el sendero supremo que purificará nuestro carácter mediante las cuatro reflexiones. Esto nos lleva a un estado permanente de confianza que ha sido verificado en el pasado por todos los grandes maestros de la tradición Kagyu
Más importantes que los niveles de meditación en sí son las preliminares, a través de las cuales nos acercamos a ella. Si no purificamos nuestro carácter; si no purificamos los oscurecimientos de nuestro cuerpo, habla y mente, por más que sigamos buscando nuestra propia felicidad caeremos una y otra vez en el sufrimiento porque estaremos siempre atrapados en nuestra propia ignorancia. Por eso purificamos los oscurecimientos de nuestro cuerpo, habla y mente.
Para hacerlo, primero practicamos las postraciones. Luego, con el objetivo de purificar el karma negativo que acumulamos, hacemos la práctica de Vajrasattva. Después, para desarrollar en nuestra mente la acumulación conceptual de mérito y la acumulación no conceptual de sabiduría, practicamos las ofrendas del Mandala. Finalmente, y debido a que la auténtica conexión con el dharma se produce a través de nuestro lama, y también porque es a través de nuestro lama que recibimos la tradición del dharma, practicamos Guru Yoga para recibir la energía del linaje. Por ello, la práctica de las cuatrocientas mil recitaciones de las preliminares es muy importante y, sobre la base sentada por ellas, comenzamos a desarrollarnos paso a paso a través de los diferentes niveles de meditación.
En lo concerniente a la visión, los Kagyupa siempre siguieron la tradición Madyamaka también conocida como Yen Tong en tibetano Esta visión, más allá de cualquier objeto de examen o de cualquier posibilidad de examinar algo, es la visión integral, la visión del espacio básico integral de vacuidad y gran gozo. Esta visión integral de la vacuidad está en concordancia con el gran maestro indio Asanga. En lo que respecta a la meditación, practicamos los seis Yogas de Naropa y la comprensión profunda del Mahamudra, que da origen en forma espontánea a la verdadera sabiduría y, por estos medios, obtenemos realmente los cuatro aspectos de la budeidad.
El tantra se divide en tantra padre, tantra madre y tantra no dual. En el tantra no dual, denominado Kalachakra, se describe el gran gozo integral, y este gran gozo integral es la realización del camino. Para llegar a este fin practicamos la fase de construcción de la dakini espontánea, y la fase de disolución de la inseparabilidad de prana y mente. En la fase de construcción practicamos el logro de la pureza del cuerpo, el habla y la mente de la deidad.
Cuando uno recibe una iniciación, se atraviesan cuatro etapas. la iniciación de la vasija, la iniciación secreta, la iniciación del conocimiento y la sabiduría, y la iniciación de la palabra; en algunas transmisiones se pasa por una quinta iniciación: la iniciación de la consciencia. Todos estos conceptos apuntan a una realidad básica: los cuatro aspectos de la budeidad. Luego, sobre la base de la pureza alcanzada en la fase de construcción, practicamos la fase de disolución de la inseparabilidad de prana y mente. El significado de esto es el mismo que lo ya explicado anteriormente con respecto a la visión integral. Más concretamente, la integración del espacio básico de vacuidad y la sabiduría, significa que estas dos no pueden separarse en una dualidad. Esta es la comprensión del aspecto de totalidad de la budeidad que denominamos Sambhogakaya y que se corresponde con el gran gozo integral descrito en los tantras no duales.
Así suena el lenguaje de la tradición Kagyu, y esto es lo que debemos practicar. Con el objeto de practicar, uno ha de comenzar, al inicio del camino, por la purificación de sus propios oscurecimientos. Por eso comenzamos con la práctica del «Vehículo de la liberación», el sendero supremo, y luego avanzamos paso a paso. Por ejemplo, si quisiéramos llegar al techo de una casa, subiríamos por las escaleras. De lo contrario, ¿Cómo llegaríamos arriba?
Mis deseos van dirigidos a que todos logren alcanzar esta realización y que, al alcanzarla, sean de beneficio ilimitado para todos los seres sintientes. Cuando un bodhisattva formula un deseo de aspiración, nunca carece de importancia sino que, por el contrario, tiene gran efecto sobre todos aquellos por quienes formulan los buenos deseos. Este efecto procede de la gran fuerza de la aspiración para con otros; no proviene del propósito de hacer algo, sino que procede más bien de su naturalidad, de la ausencia de esfuerzo. Ningún esfuerzo podría tener jamás semejante fuerza. La ausencia de esfuerzo es el enfoque último; tratar de hacer algo es un enfoque mundano.
Formularé deseos para que todos se desarrollen enormemente en el amor y la compasión, y para que el Dharma siga creciendo hasta que todos alcancen la realización.
Acerca de S.S. El 16° Karmapa Rangjung Rigpe Dorje
El 16° Gyalwa Karmapa Rangjung Rigpe Dorje (1924-1981), fue líder espiritual del linaje Karma Kagyu de budismo tibetino. Encabezó la transmisión del budismo Tibetano hacia Occidente por medio del establecimiento de centros de dharma y monasterios en numerosos lugares alrededor del mundo para proteger, preservar y propagar las enseñanzas de Buda. Fue considerado por muchos un buda viviente.
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