Budismo Camino del Diamante Perú

Vivir el Dharma

Por  Lama Jigme Rinpoche
Traducción: Equipo De Traductores De Budismo Hoy

Comprender el sentido de la meditación

Cuando abordamos cualquier tarea ordinaria, desarrollamos primero una etapa y, luego, una vez la hemos integrado en nuestra vida, abordamos la siguiente. Normalmente, procedemos en forma progresiva, aunque también puede darse el caso de que, una vez hemos agotado una etapa, la dejamos de lado. En el caso de la vida espiritual, procedemos de la misma manera que si quisiéramos cambiar nuestros hábitos de comida dañina por una alimentación sana: tratamos de encontrar una dieta adecuada para la mente. Por ejemplo, al comienzo, decimos que una meditación es esencial y que debemos practicarla. Sin embargo, para hacerlo, necesitamos aprender los diferentes métodos y técnicas, y ponerlos en práctica.

Así mismo, es indispensable comprender cuál es la esencia de la meditación. Si no entendemos su sentido y su esencia, la técnica por sí misma no basta. El sentido y el objetivo de la meditación son consolidar la claridad de la mente, encontrar la lucidez. Es por eso que existe la meditación llamada Shamatha en sánscrito o Shine en tibetano, la meditación de la quietud mental. No se trata de ver esta meditación como la preparación para algo superior: Ah, sí, Shamatha es la primera parte. Cuando termine Shamatha podré pasar a otra cosa. Shamatha es un entrenamiento de la mente que nos permite encontrar nuestra naturaleza despierta, encontrar esa sabiduría que hay en nosotros. Después de que hacemos Shamatha por un tiempo decimos: Ah, ahora me puedo dedicar al Lhak- tong, a Vipassana, la visión penetrante. Pero no se trata de practicar Shamatha diciéndose: Practico esta meditación ahora, pero lo que en realidad quiero hacer es Vipassana. Más bien, de lo que se trata es de practicar la una y la otra como si fueran una continuidad. Si integramos totalmente Shamatha en nuestra vida, llegaremos de manera natural a Vipassana. No se trata de que cuando terminemos Shamatha podremos seguir con Vipassana.

De hecho, es como la alimentación de la que hablábamos al comienzo. Si queremos mantener la buena salud y la fuerza, tenemos que comer sanamente hasta el fin de nuestra vida, hasta que muramos. Lo mismo sucede con Shamatha. No es correcto pensar, voy a practicar la quietud mental tres años y después estaré curado. La comprensión correcta tiene que ver con darnos cuenta de que todos los aspectos de las enseñanzas (Shamatha, Vipassana o cualquier otra práctica), y las instrucciones respectivas, funcionan como soportes diferentes, como diferentes condiciones que nos llevan a una mayor claridad. Las enseñanzas y las prácticas conforman un todo coherente.

Lama Jigme Rinpoche

Mirar la mente

La meditación es un proceso que tiene lugar en la mente y el camino espiritual que uno recorre no trae como resultado que la mente se convierta en algo distinto a lo que ya es. No se trata de encontrar algo diferente, sino de traer al presente, de actualizar lo que ya está allí. Ese es el sentido del camino del Mahamudra (el Gran Sello de la Mente), que no es otra cosa que la capacidad que tenemos en nosotros mismos de actualizar las cualidades de la mente. Ese es el camino de la meditación. Por eso existe la meditación de quietud mental, la meditación de visión penetrante y, luego, el Mahamudra. Sin embargo, no podemos aproximarnos a este camino progresivo en forma lineal.

No es posible oír una explicación y después apropiársela, es decir, ponerla en práctica sólo habiéndola comprendido primero. El camino espiritual es análogo al crecimiento de un árbol. Primero está la semilla, después crece el tronco y, en un momento específico, surgen las ramas que van en diversas direcciones. Este es un desarrollo similar al que se da en el camino espiritual. Es un desarrollo progresivo, pero no lineal. Por eso, la instrucción que damos cuando alguien comienza a meditar es que mire la mente. Al mirar la mente, al ser concientes de lo que sucede en ella, aparece la claridad, y la mente se desarrolla de manera natural en función de las instrucciones y las explicaciones que se nos dan.»

Si no utilizamos estas instrucciones, no serán más que letra muerta y teoría. Es como el paracaidismo: una cosa es hablar de él y otra muy distinta ¡lanzarse de un avión con un paracaídas! En lo que concierne al dharma, a las enseñanzas, a la meditación pudiera parecer que la comprensión es suficiente y que con ella nos basta para avanzar en el camino. No obstante, si no ponemos en práctica las enseñanzas, no hay una experiencia real que nos permita saber de qué se tratan. Por lo tanto, tenemos que propiciar las condiciones que nos permitan continuar y avanzar en el camino.

Lama Jigme Rinpoche

JIGME RINPOCHE

Jigme Rinpoche nació en Kham, Tíbet Oriental, en 1949. Cuando los chinos invadieron el país en 1955, se mudó a Tsurphu, el monasterio de los Karmapas en Tíbet y, luego, en 1959, junto con el Karmapa y otros altos lamas y tulkus de todas las edades, se mudó a Rumtek en Sikkim. En Rumtek, el Karmapa fundó un monasterio para preservar las enseñanzas, y fue allí donde Jigme Rinpoche recibió muchas transmisiones directamente de Karmapa.

En 1974, durante su primera visita a Europa, el Karmapa designó a Dhagpo Kagyu Ling en la Dordoña, Francia, como una de sus principales sedes, y a Jigme Rinpoche como su representante allí. Además de recibir las principales transmisiones y enseñanzas de Karmapa, Jigme Rinpoche pasó periodos importantes de su vida al lado de Gendyn Rinpoche, Pawo Rinpoche, Kalu Rinpoche y Dilgo Kyentse Rinpoche, y de ellos también recibió enseñanzas e iniciaciones. Jigme Rinpoche ha publicado varios libros, entre los que se destacan: Trabajar con las emociones, El monje y el lama, Vivir morir vivir La meditación en la acción, Vivir libre: Consejos para adolescentes y Arquitecto de su propia vida.

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